El ala-pívot anota diez triples en un partido donde el Class Básquet Sant Antoni aplastó al Ibersol Tarragona (121-71) para sumar su decimoquinta victoria seguida

Comunicación CBSA.        Sant Antoni.

Hay partidos inolvidables. Aunque no tengan una trascendencia especial, quedan en la retina porque un equipo (y, sobresaliendo del colectivo, un jugador) rozan la excelencia. Eso fue lo que consiguió el Class Bàsquet Sant Antoni al aplastar al Ibersol Tarragona. Al farolillo rojo –descendido a EBA de forma matemática– lo arrasó un festival de triples en, quizás, la tarde más inspirada que se le recuerde a uno de los fichajes que mejor rendimiento le están dando a los ibicencos esta temporada: Jan Zidek.

El conjunto local fue un huracán desde el inicio. Triple de De la Rúa. Tiro a tablero de Arqués. Gantt, desde el 6,75. De nuevo, De la Rúa, de dos. 12-0. Ndour, con un mate, alivió la pesadilla tarraconense. El partido no había hecho nada más que empezar pero parecía visto para sentencia.

Al final del primer cuarto, la ventaja del Sant Antoni ya era de diecinueve. Diez minutos después la brecha se había ampliado a veintisiete. Un 9/13 desde el perímetro era una losa imposible de arrastrar para el colista, agarrado a los puntos que aportaba desde la pintura su pívot senegalés.

Mientras tanto, la plantilla portmanyina se divertía. David Barrio repartió minutos casi por igual entre sus once convocados (Hayes volvió a ser baja) y el  espectáculo se desató. Hubo atrevimiento –asistencias de concurso–, finura –Mayo y Gantt dieron un clínic de jugar bonito jugando fácil–, triples desde Lebrija –Peris y, siguiendo el pique, Gantt, en dos acciones consecutivas– y un mate, de Taiwo, tras un buen pase que le filtró Llamas.

Al colgarse del aro, el nigeriano con pasaporte húngaro, abrió la lata en el segundo cuarto. Había pasado un minuto y medio de juego y el Sant Antoni daba un golpe sobre la mesa. Se vio en el rebote, dominado absolutamente por los hombres de negro, en los robos y, también, en la practicidad de muchas canastas con tiros de media distancia. No estaba en los planes del Sant Antoni relajarse ante un rival ya descendido. La evidencia: el 59-32 escrito en el marcador durante el descanso.

Los portmanyins se lanzaron cuesta abajo en el tercer cuarto. El objetivo, los cien puntos. Con el 87-49, en el penúltimo bocinazo, parecía pan comido. Una ametralladora llamada Jan Zidek encestaba todo lo que tiraba. Literalmente. Cuando Sa Pedrera lo despidió con ovación reservada para las grandes ocasiones, venía de enlazar tres triples. Suyos fueron –casi– la mitad de los veintiuno que anotó su equipo. El checo acabó con un 10/13 que será difícil de igualar. Con el octavo, el Sant Antoni alcanzó el centenar.

Tanta hambre tienen los ibicencos que apretaron para alcanzar una puntuación de récord: 121-71. Cincuenta de diferencia y el decimoquinto triunfo consecutivo. Licencia para seguir soñando, por la vía rápida o por la lenta, con el ascenso a Primera FEB.

 

Class Bàsquet Sant Antoni, 121 (29 + 30 + 28 + 34)

De la Rúa (7), Rodríguez (3), Gantt (18), Arqués (10) y Smith (7). Mayo (12), Taiwo (10), Peris (13), Llorca, Zidek (34) y Llamas (7).

Ibersol Tarragona, 71

(10 + 22 + 17 + 22)

Duch, Pardina (3), Plitzuweit (11), Fernández y Ndour (23). Okeke (2), García Pérez (7), Fernández Linares (5), Cera (6), Trouve (7) y Fernández Masip.